Ruth Ocumarez
Santo Domingo.- Hoy no se regalan flores. Hoy no hay cartas perfumadas ni corazones rojos por todas partes. Hoy, 29 de julio, el mundo guarda un espacio especial para el otro lado del amor: el desamor.
Pocas veces nos detenemos a hablar de él. Nos da miedo nombrarlo. Nos han enseñado a celebrar los comienzos, pero no a despedirnos. Nos dicen que el amor es lo mejor que nos puede pasar, pero olvidan decirnos que también puede doler, y mucho. Y que ese dolor, cuando llega, merece respeto. Merece espacio. Merece ser sentido.
Este día no es para odiar al ex, ni para publicar indirectas, ni para fingir que “todo bien”. Este día es para quienes están aprendiendo a dormir sin ese mensaje de buenas noches. Para quienes todavía miran el celular esperando algo que ya no va a llegar. Para quienes se están reconstruyendo pedazo a pedazo, con dignidad y con silencio. Para quienes entendieron que a veces amar también es dejar ir.
El desamor no se supera con frases vacías ni con relaciones nuevas que solo sirven de parche. El desamor se siente, se atraviesa. Duele en el cuerpo, en el alma, en los recuerdos. Y sin embargo, también es una forma de crecer. Porque no todo lo que termina es un fracaso. A veces simplemente… tenía que ser así.
Y ahí estás tú, haciéndole frente al vacío, limpiando tu espacio emocional, y volviendo poco a poco a ti. Porque cuando el amor se va, lo que queda puede ser una oportunidad. Para conocerte mejor. Para cuidarte más. Para quererte como nunca antes lo hiciste.
Hoy es el Día del Desamor. Y no, no vamos a brindar por la tristeza, pero sí por el valor de sentirla. Por el coraje de soltar lo que no era. Por las personas que están eligiéndose a sí mismas. Y por ese momento —que llega— en el que te das cuenta de que sobreviviste. Que respiraste profundo. Que sanaste.
Y que estás lista. O listo. Para comenzar de nuevo.
Pero esta vez, contigo primero.