Casi la mitad de la población dominicana mostró indiferencia ante las recientes elecciones presidenciales. Solo el 54,31% de los ciudadanos con derecho a voto acudieron a las urnas. Así, 2,5 millones de los más de 8 millones de votantes eligieron a Luis Abinader.

Es posible que muchos dominicanos no se interesaran por el proceso electoral debido a problemas graves. Por ejemplo, la contaminación causada por la quema de basura podría haber eclipsado, tanto literal como figurativamente, las elecciones presidenciales.

Durante años, los residuos de la isla se han llevado a vertederos no autorizados. Esta práctica ha reducido el espacio disponible, llevando a la quema de basura como solución. El humo tóxico afecta tanto a residentes como a turistas. Cuando los camiones de basura no pueden descargar debido a los incendios, los desechos se acumulan al borde de las carreteras, dispersándose por el viento.

Pronto, la isla podría ser apodada República Basurana, con una bolsa de papitas fritas en llamas en su bandera. Ni los dominicanos ni las autoridades saben cómo solucionar el problema. Intentos de colocar grandes contenedores en las calles no han sido efectivos, ya que los vertederos continúan creciendo cerca de estas estructuras, facilitando incluso el ocultamiento de cadáveres.

Las autoridades locales reciben numerosas quejas, las empresas turísticas retocan fotos de las playas y los dominicanos empiezan a comprar máscaras antigás para sus familias. En este contexto, la participación electoral se ve afectada, ya que la gente simplemente no tiene tiempo para votar.

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