Uno de los personajes más populares de los carnavales dominicanos, tiene en la marcada exageración de busto y trasero una de las representaciones más jocosas de estas fiestas. La presencia del personaje en las celebraciones populares se remontan a la ocupación haitiana. 

Se dice que en ciudad de La Vega se vio desfilar una Roba la Gallin, cuando gobernaba la provincia el general Placide Le Brun. Entonces como ahora, el hombre disfrazado de una protuberante mamá gallina salía en procesión a pedir en los colmados para sus pollitos. Textos históricos atribuyen el origen del disfraz a lo que era una sentencia pública en el siglo XVII. Aquel que fuera sorprendido robando gallinas, se le untaría brea y se le pasearía por el pueblo cubierto de plumas de gallina. Otros documentos refieren que la pintoresca ave matrona tiene su razón de ser en la fertilidad asumida desde una óptica eminentemente popular. Todas las provincias del país que celebran en febrero sus fiestas de carnaval cuentan con su Roba la Gallina. De ahí que sea tan popular el estribillo que se entona a su paso: 

ti-ti, manatí

ton-ton, molondrón

roba la gallina, palo con ella

Voluptuosa y sonriente, desafiante y burlona, aristocrática y mundana, ataviada de corona y plumas, cartera, muñeca y sombrilla, Roba la Gallina es personaje imprescindible del carnaval dominicano.‬ ‪En Rochi Pérez y Baní descubrimos su sonrisa.

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