Santo Domingo, Rep. Dom. En medio de una creciente preocupación entre los miembros de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), ha surgido una grave denuncia sobre el uso de los recursos de la organización para financiar gastos de lujo y la contratación de un vocero externo con un salario de 5 millones de pesos.
Según las declaraciones, el vocero en cuestión es el profesor Juan Omar Valdez Durán, director del programa PTS y fundador del programa de Inglés por Inmersión , el cual inició en los gobiernos del PLD en el 2005; de igual forma, actualmente es director del Observatorio Educativo de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), pero que, sorprendentemente, no es miembro de la asociación.
En ese mismo orden, el profesor Juan Valdez y su empresa PTS fueron parte del escándalo en febrero del 2023, debido a que intentó estafar al Estado dominicano adjudicando un proyecto con INAFOCAN como suplidor único con más de 600 millones de pesos, acto que la DGCP y los tribunales dominicanos no permitieron.
Se ha revelado que el profesor Valdez, quien previamente tenía un contrato con INAFOCAN para la elaboración de libros del Ministerio de Educación, es ahora un contratado por la ADP, pagado con los fondos que se descuentan de los salarios de los maestros.
Además, se le acusa de haber gozado de más 16 ańos con altos privilegios como suplidor único del Estado en grandes instituciones y ministerios del país en los gobiernos del PLD.
Los denunciantes también señalan que Valdez no es un maestro de la ADP, sino un maestro privado que dirige uno de los colegios de inglés más costosos de la capital. A pesar de esto, el profesor Valdez habla en nombre de los miembros de la ADP y disfruta de los recursos que deberían estar destinados al bienestar de los docentes.
Esta situación ha generado un fuerte descontento entre los miembros de la ADP, quienes exigen una auditoría exhaustiva para esclarecer el uso de los fondos de la organización y aseguran que no tolerarán el mal uso de los recursos que se obtienen de sus aportes. La falta de transparencia en la gestión de estos recursos pone en duda la credibilidad de la organización y abre un nuevo capítulo de confrontación interna en la ADP.